CAMPEONES DE TODOS LOS TIEMPOS
Aurreko, crack en la pista y en el haras
Aurreko, el más famoso representante de las clásicas sedas color verde estrellas y gorra oro, del multilaureado stud “El Zorzal”, actuó solamente en seis ocasiones. Pero su épica fue suficiente para inscribir su nombre entre los purasangres uruguayos más notables. Cinco veces lo hizo en Maroñas y en una oportunidad en Cidade Jardim, San Pablo. Con el sello del “Mariscal” José De Giuli, el hijo de Castigo y Cote Basque por Congreve, se impuso en su debut en la “Polla de Potrillos” en una hazaña inigualable y alcanzó su máxima consagración al ganar el Gran Premio “José Pedro Ramírez” en el tiempo récord inamovible de 3’ 3” para los 3000 metros en 1954.
Tres victorias espectaculares y tres derrotas con atenuantes, rubrican su corta e impar trayectoria de pistas.
Debutó en la “Polla de Potrillos” donde intervinieron nada menos que dieciocho competidores. En esa jornada del 2 de agosto de 1953, Aurreko venció al malogrado Cardinal por ½ cuerpo y tercero se ubicó Euforión a 2 ¼ cuerpos, dos ejemplares de enorme clase en una generación de excepción por la calidad de sus representantes más connotados.
En el “Jockey Club” corrido el 13 de setiembre siguiente, cotizado gran favorito, finalizó cuarto de Euforión, Paco y Aguacil, a poco más de un cuerpo del ganador en 2’ 1” 3/5 para los 2000 metros. Y el 11 de octubre, en el “Gran Premio Nacional”, sobre 2500 metros, fue quinto a unos seis cuerpos de Pour Epater, Euforión, Urano y su compañera de caballeriza Venice, en 2’ 36” 4/5. Las crónicas de la época hacían referencia al deslucido estado que presentaba el pingo nacido y criado en el haras “Atahualpa”. En las tres competencias de la “Triple Corona”, lo condujo Aurelio C. García.
Después de su actuación en el “Derby” maroñense, reapareció en el G. P. “José Pedro Ramírez” que, a raíz de las intensas lluvias, se disputó el domingo 10 de enero en lugar del tradicional “Día de Reyes”. Su exhibición fue deslumbrante. En emotivo final, Aurreko doblegó por ½ cuerpo al excelente Euforión, el preferido de la cátedra. Tercero, se clasificó el noble Dinkie que, desde la salida, corrió en la vanguardia con parciales de excepción. Con su imposición, Aurreko dejó grabada la plusmarca de 3’ 3”, récord total y absoluto. “Es un gran caballo, se corrió mucho en todos lados y siempre venía fácil, aunque en la recta el de Ligugnana (refiriéndose a Euforión) no quería perder y debí extremar la exigencia”, manifestó Gualberto Pérez su nuevo piloto.
Apenas dos semanas después, viajó a Brasil para participar en el G. P. Internacional “IV Centenario da Cidade de Sao Paulo” en el césped de Cidade Jardim sobre tres quilómetros. En la competencia participaron los mejores fondistas de Brasil, el país anfitrión, Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Uruguay, cuyo único representante era Aurreko. De Europa, fueron de la partida el italiano Oise, ganador de la “Copa de Oro de Milán, y el irlandés Shikampur vencedor del “Prix de Chantilly” de Francia. Aurreko, luego de desplazarse en un sexto lugar expectante mientras el peruano Guignol hacía la punta, a partir de los últimos “mil” fue perdiendo posiciones para llegar muy lejos en el penúltimo lugar en un total de trece competidores.
El ganador fue el crack argentino El Aragonés, al cuidado de José María Boquín y conducido por Rubén Baltasar Quinteros. Gran animador de los clásicos más importantes en Argentina y ganador de los grandes premios “Carlos Pellegrini” en San Isidro y “Dardo Rocha” en La Plata, El Aragonés conducido por Irineo Leguisamo había escoltado a varios cuerpos al cuádruple coronado Yatasto en el “G. P. Municipal” del 1° de marzo de 1953 en Maroñas. El poco tiempo para su recuperación después del tremendo esfuerzo que le exigió su victoria en el “Ramírez” y la pista de grama pesada en Cidade Jardim, muy probablemente, fueron factores decisivos para su fracaso en Brasil.
SU DESPEDIDA TRIUNFAL EN IMÁGENES
El 7 de marzo de 1954 culminó su breve campaña con un amplio triunfo en el “G. P. Municipal” de Maroñas. Lejos lo escoltaron Cayena, el argentino Chantey, Urano y completó el marcador Venice. En sus presentaciones en las competencias de la “Triple Corona”, su jockey fue Aurelio C. García. En las tres restantes, fue el “Rubio Piloto” Gualberto Pérez el encargado de su conducción.
En el haras “Casupá”, Aurreko se convirtió en uno de los padrillos más extraordinarios del elevage uruguayo a lo largo de su rico historial. La enorme mayoría de sus hijos, triunfaron en pruebas clásicas de primer nivel, en Uruguay y en el exterior. De una calificada lista, quizás los más importantes hayan sido Alaí, Albatros, Ilustre y Eglaneko, que alcanzaron brillo con valiosas victorias fuera del país. As de Pique, que corrió como si se tratara de Enchumao, un caballo procedente de La Plata, y que en su brillante campaña en los Estados Unidos llegó a exigir al extraordinario campeón Forego.
Antony, ganador de la “Polla de Potrillos” y el “Nacional” en 1968, Anabella, invicta clásica en sus tres presentaciones, incluida la “Polla de Potrancas” en 1971, Auguri, Azcatasun, Agramante, Aztí, Arkangel, Aristeo, Bella Paola, Arona, Albor, Atenea, Matilda, Albion Empire, Ariel, Anatole, Vola Colomba, Atila, Amateur, Andorra, Albricias, Arzadum, Chorlo y Angélico, sobresalen en una extensa nómina.
Varios de sus hijos, también fueron exitosos sementales en sus haras. Entre los más notorios, sobresale Eglaneko, malogrado prematuramente, padre de Evadido, Melik, Mancera, Rey Puesto y Vany Fair, excelentes ganadores clásicos.
Miguel Aguirre Bayley
(Refuge)