HIPÓDROMO NACIONAL DE MAROÑAS
El Jockey Club de Montevideo (1889-1997)
Ocupaba la Presidencia de la República el General Tajes. Se encontraba en el apogeo del prestigio la generación nacida cuando la guerra grande, de la que no se sabría qué admirar más en la magnífica calidad intelectual y moral de sus componentes, si la heroica altivez cívica o el deslumbrante brillo del genio.
En el Parlamento, la Universidad, las tribunas, los salones y las tertulias, las voces tenían resonancia lírica, los ademanes grandilocuencia y las costumbres severa elegancia. Predominaba la finura espiritual, la galantería, el valor estoico.
El país atravesaba una era de conciliación. En lo material, existía una sensación de confianza que promovía la prosperidad.
El Banco Nacional impulsaba el crédito; los valores subían; se iniciaban grandes empresas.
La municipalidad había gestionado un empréstito destinado a costear el adoquinado de la ciudad; la apertura, construcción y compostura de calles; y la realización de diversas obras de embellecimiento, para dirigir las cuales se habían contratado los servicios de dos técnicos franceses notables: el arquitecto paisajista André y el Señor Racine, especialista en organización de viveros y jardines de flores.
Montevideo tenía apenas 200.000 habitantes.
El alumbrado era a gas; hacía 10 años que se había demolido la ciudadela; recién se iba a ensayar la iluminación eléctrica y se estaban por instalar los depósitos de filtración y decantación del agua corriente.
Funcionaba, todavía, el Teatro de San Felipe y en la Plaza de Toros se daban corridas, como rezaban los programas, «con permiso de la autoridad y si el tiempo lo permite».
Fue entonces que se creó el Jockey Club.
Los hombres que lo concibieron actuaban en los planos más caracterizados de la sociedad contemporánea.
Muchos de ellos habían viajado; conocían los centros culminantes de la civilización. Todos amaban el señorío y el buen tono. Habían nacido para impulsar el progreso del Uruguay y el esfuerzo que aplicaron en las distintas manifestaciones de la vida, los agrupó, como en otros aspectos, junto al ideal concreto que configuraba la fundación de la Institución.
Dice el acta de fundación del Jockey Club:
«En Montevideo, a los quince días del mes de Noviembre de mil ochocientos ochenta y ocho, reunidos en el local de sesiones del Hipódromo Nacional de Maroñas, las personas que suscriben esta acta, a invitación de los Señores D. Pedro Piñeyrúa, D. Horacio Areco y D. José Shaw, se acordó lo siguiente:
1.° Constituir un centro bajo el nombre de JOCKEY CLUB, cuyo principal objeto será fomentar la raza caballar en la República, y explotar un Hipódromo que se adquirirá o construirá una vez instalada la Sociedad.
2.° La Sociedad se considerará instalada una vez que cuente con cincuenta socios fundadores, ingresando desde luego en ella todos los que suscriben la presente acta.
3.° Los socios concurrirán a la formación y sostenimiento del JOCKEY CLUB con una cuota de cien pesos llamada de INGRESO, y otra mensual de cuatro pesos.
4.° Se considera instalada la Sociedad y queda nombrada una Comisión Directiva Provisoria, compuesta de los cinco miembros siguientes: Señores Pedro Piñeyrúa, Horacio Areco, José Shaw, José P. Ramírez y Carlos Saenz de Zumarán, la que formulará los Estatutos del JOCKEY CLUB, y el Reglamento de Carreras, presentándolos a la aprobación de la Sociedad.
5.° Una vez aprobados los Estatutos y Reglamento a que se hace referencia en el artículo anterior, se procederá a la adquisición de un Hipódromo en la forma y condiciones que lo juzgue conveniente la Comisión Directiva nombrada.
6.° Y para que consten así las bases constitucionales convenidas, como la adhesión de los presentes en calidad de socios, suscribimos esta acta, obligándonos al fiel cumplimiento de lo en ella convenido.
La Historia del Hipódromo Nacional de Maroñas
El primer hipódromo en la zona donde hoy se ubica Maroñas fue construido en el año 1874 por la comunidad inglesa.
Abrió sus puertas con el nombre de «Nuevo Circo Pueblo Ituzaingó» pero era conocido como el «Circo de Maroñas» debido a que en el pasado esos terrenos pertenecieron a un acaudalado pulpero de nombre Juan Maroñas.
Hasta el año 1877 la organización de las reuniones hípicas corría por cuenta de comisiones de propietarios y aficionados, hasta que el 14 de agosto de ese año, el gobierno nacional dictó el primer Reglamento de Carreras.
En 1887 el Dr. José Pedro Ramírez asumió la presidencia de la Comisión de Organización de las Carreras Nacionales y pasó a ser uno de los propietarios del Hipódromo junto a Gonzalo Ramírez, Juan y Alejandro Victorica. El primer Palco de Socios, hecho de tablones y chapa, había sido traído del paraje denominado Azotea de Lima, en la zona de Piedras Blancas, donde se corrieron las primeras carreras, pero el mismo fue sustituido en 1888 por una tribuna mas amplia, realizada por el constructor italiano Ángel Battaglia, siendo el primer palco construido para Maroñas.
El 15 de noviembre de 1888 se fundó el Jockey Club de Montevideo y el 3 de diciembre de ese año se eligió la primer Comisión Directiva, presidida por Pedro Piñeyrúa, con la vicepresidencia de José Pedro Ramírez, Horacio Areco como Tesorero y Carlos Sáenz de Zumarán como Secretario. El 7 de diciembre de 1888 se reconoció al Jockey Club su Personería Jurídica.
El 1º de enero de 1889 se llevó a cabo en Maroñas la primera edición del Gran Premio Internacional y la última reunión previa al patrocinio del Jockey Club de Montevideo, que el 12 de enero de 1889 adquirió y tomó posesión del Hipódromo, cuya pista tenía por entonces una extensión de 1750 metros.
El 3 de febrero de 1889, con la presencia del Presidente de la República, Máximo Tajes, y las más altas autoridades nacionales se cumplió la primera reunión organizada por el Jockey Club de Montevideo.
En 1909 se le encomienda al arquitecto Jacobo Vázquez Varela la construcción de un nuevo Palco de Socios, el cual fue estrenado el 6 de enero de 1910.
Hípica Rioplatense Uruguay S.A (2003-2033)
Maroñas llegó a ser uno de los principales hipódromos de América Latina. Por sus pistas pasaron jockeys de la talla de Irineo Leguisamo, Pablo Falero, Walter Báez, Domingo Torterolo, Vilmar Sanguinetti, Gualberto Pérez, Justino Batista, Pedro Moreno, Medardo Bonilla, y caballos sangre pura de carrera como ROMÁNTICO, YATASTO, SISLEY, STAYER, MASCAGNI, MISS NOBEL, CURRIÑA y CINZANO, entre otros.
Lamentablemente en diciembre de 1997, el Jockey Club, se vio en la obligación de cerrar sus puertas debido a la mala situación económica que aquejaba a la institución. El Gobierno del Uruguay expropió las instalaciones del Hipódromo por considerarías Patrimonio Histórico Nacional.
En el año 2001, el Gobierno del Presidente Jorge Batlle pone en marcha el segundo proceso licitatorio para la adjudicación de la refacción, puesta en marcha y operación del Hipódromo Nacional de Maroñas. Asimismo, la concesión de Maroñas contemplaba la apertura de cinco centros de entretenimiento compuestos por agencia hípica, sala de slots y servicio de gastronomía.
Este proceso licitatorio culminó con la firma (el 27 de junio de 2002) de los contratos en los que el Estado Uruguayo otorgó la concesión, por 30 años, del tradicional Hipódromo de Maroñas a Hípica Rioplatense Uruguay S.A., empresa integrada en partes iguales por Sociedad Argentina de Medios S.A. (del Grupo SLI) y Codere Argentina S.A (del Grupo Codere).
El Grupo Codere es un grupo con más 20 años de experiencia y trayectoria en la operación de juegos de azar: casinos, bingos, máquinas tragamonedas, apuestas deportivas y nuevas modalidades de juego, utilizando las más modernas tecnologías.
Sociedad Latinoamericana de Inversiones comenzó una política de expansión y diversificación a partir de 1997, luego de haber incursionado exitosamente en la industria de la televisión por cable.
Propietario del Haras de La Pomme, uno de los más importantes de la Argentina, entre sus actuales actividades se incluyen inversiones en hotelería en sociedad con la cadena Hyatt, en Bienes Raíces así como en las áreas de Agrobusiness, Telecomunicaciones e Internet.
El emprendimiento de Hípica Rioplatense demandará una inversión total de más de U$S 83 millones y ha reposicionado al hipódromo de Maroñas como un importante participante del circuito de Hipódromos de Sudamérica y el resto del mundo.
Los últimos diez años que Maroñas estuvo en funcionamiento antes de su cierre y posteriormente, los cinco años que estuvo cerrado, fueron devastadores tanto por el abandono que sufrieron sus pistas y edificios como por la pérdida total de su mobiliario, obras de arte, etc.
El Hipódromo de Maroñas fue refaccionado para resaltar toda su belleza y calidad arquitectónica pero a su vez se logró crear un nuevo concepto de hipódromo, con ambientes confortables, diseñado para recibir y entretener a toda la familia, dotándolo de todo el confort y la tecnología modernos.
Maroñas ocupa 62 hectáreas y su estructura edilicia esta compuesta por: dos tribunas habilitadas al público: Palco Oficial y Tribuna Folle Ylla, una tercera parcialmente habilitada la Tribuna General, Edificio del Comisariato, Oficinas de Administración y de Carreras, Boxes de Espera, Veterinaria, Antidoping, Tattersall, dos estacionamientos interiores y tres villas hípicas con alojamiento para 800 equinos además de una moderna Policlínica al servicio de la comunidad del Barrio Ituzaingó.
Las competencias hípicas se realizan los sábados y domingos en la Pista Principal la que tiene un ancho de 24 metros y su recorrido es un óvalo de 2.065 metros.
La Pista Auxiliar que se utiliza alternativamente para el entrenamiento de los pura sangre tienen un recorrido oval de 2.000 y un ancho de 15 metros.